Nehemías 9:25 al 32
El Señor les dio
ciudades fortificadas y tierra fértil, y heredaron casas llenas de toda cosa
buena, cisternas excavadas, viñas y olivares y muchos árboles frutales; y
comieron, y se saciaron, y engordaron y se deleitaron en tu gran bondad.
Pero fueron
desobedientes y se rebelaron contra ti, y dieron la espalda a tu ley y mataron
a tus profetas que testificaban contra ellos para hacerlos volver a ti; y
Cometieron grandes blasfemias.
Y los entregaste
en manos de sus enemigos, los cuales los afligieron; y en el tiempo de su
tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tus muchas
misericordias les diste libertadores que los librasen de manos de sus enemigos.
Pero al tener
descanso, volvían a hacer lo malo delante de ti, por lo cual los dejaste en
manos de sus enemigos que los dominaron; pero volvían y clamaban otra vez a ti,
y tú desde los cielos los oías, y según tus misericordias muchas veces los
libraste.
Y los amonestaste
para que se volviesen a tu ley; pero ellos actuaron con soberbia y no
escucharon tus mandamientos, sino que pecaron contra tus decretos, los cuales
si el hombre los cumple, por ellos vivirá; y dieron la espalda en rebeldía y
endurecieron su cerviz y no escucharon.
Y los soportaste
por muchos años y los amonestaste con tu espíritu por medio de tus profetas,
pero no escucharon; por lo que los entregaste en manos de los pueblos de la
tierra.
Pero por tus
grandes misericordias no los destruiste ni los abandonaste, porque eres un Dios
benigno y misericordioso.
Nehemías 9:25 al 32
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